Dichoso tú porque no pueden pagarte

Dichoso tú porque no pueden pagarte

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Si miro sólo el sufrimiento de tantas víctimas me paralizo, ¿de qué sirve lo que pueda hacer yo?


Es legítimo tener afán de superación; es bueno incentivar a los alumnos para que se motiven al estudio… Entonces ¿qué alternativa ofrece Jesús al indicar que «cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto»?… Jesús observa que los convidados buscan los primeros puestos sin tener en cuenta los derechos de los demás. Aquella boda sirvió a Jesús para denunciar la ambición que cierra el corazón al prójimo e incapacita para entrar en el Reino de Dios.

Hoy no son mediáticas ni la palabra ni la virtud de la Humildad. Muchos piensan que es debilidad o alienación o ignorancia. No se lleva hacerse pequeño y conseguir el favor de Dios (1ª lectura). Jesús se desmarca del criterio de la mayoría e insiste:»Todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido». Jesús nos recuerda que todo lo hemos recibido: «Te doy gracias, Padre, porque estas cosas las has revelado a la gente sencilla y las has ocultado a los entendidos de este mundo». San Lucas concreta esta Sabiduría de Jesús en los beneficiarios del compromiso de los que son humildes; todos los humildes benefician a pobres, lisiados, cojos y ciegos «que no pueden pagarte». La humildad no es alienación, sino la base de la promoción de la justicia y la convivencia social, fraterna.

¿Cuáles son mis aspiraciones en la vida?. Soy lo que anhelo. ¿Soy capaz de humillarme para acercarme, escuchar y liberar a víctimas de la ambición humana?. Si miro sólo el sufrimiento de tantas víctimas me paralizo, ¿de qué sirve lo que pueda hacer yo? De mucho, porque el Reino se hace presente si me hago samaritano de alguien que sufre la enfermedad, el paro, la desesperanza, la falta de fe. Para esa persona llega el Reino de Dios con mi tiempo, con mi compromiso. Jesús me visita y espera en la persona concreta: «lo que hicisteis con uno de mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis».

Jesús es el Mediador de la Nueva Alianza (2ª lectura). Seguirle es no buscar los primeros puestos, los importantes a los ojos del ambiente. Seguirle es descender hasta los últimos para liberar a los que han sido despojados por las injusticias -no solo económicas-. El ejemplo del Maestro nos urge a amar a los demás sin arrogancia. Humilde y amable son las señas de identidad del discípulo comprometido.

Jaime Aceña Cuadrado cmf.

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